sábado, 6 de marzo de 2010

El Extranjero. Maldita Seducción (Capítulo 4)

Safe Creative #1003075703592
Buenos Aires, 12 de Febrero de 1981




Sus manos acribillan el teclado como intentando despertar el demonio que duerme en el interior del piano, aunque éste se niega a despertar hasta que un alarido desgarrador lo trae a este mundo en bata de cama. “We will rock you”, acerca al micrófono un deseo de acabar con la música para siempre, pero sus oídos parecen inmutables y su entusiasmo arremete una vez más contra la salud de quienes se nieguen a escuchar; desinhibidos rugidos pseudomusicales pretenden penetrar sus tímpanos contra natura hasta que con una relajada expresión de aceptación acaten su mandato, en resignada comunión con tan diabólica tortura. Sus piernas golpean el suelo con toda la furia acumulada de su eufórico ritmo hasta que algunos débiles golpecitos en la puerta del departamento pretenden disociarse de él con un tímido pero persistente llamado.
Arcián tarda unos segundos en abandonar su trance hasta que sus dedos se detienen como una araña petrificada sobre las teclas y un áspero grito continúa exhalando a través de su boca hasta que por fin se esfuma como un débil chillido en el aire. Corre su bata por detrás del banquillo y se levanta súbitamente a abrir la puerta; posa su mano sobre el picaporte y luego de inhalar profundamente tira abruptamente de él hasta ver la delicada figura de su vecina de abajo, que levanta sus hermosos ojos verdes hasta encontrarse con los suyos, no resistiendo su fuerza y bajándolos nuevamente hasta su cintura, donde se detienen al ver que su bata desabrochada deja ver más de lo que debiera. Arcián se cubre amarrándola con el cinturón de tela y ella levanta nuevamente su vista, ocultando su perturbación, la que se convierte en agresividad, cuando una suave voz sale de su boca como dardos envenenados:
-“¿No cree usted que algunas personas prefieren dormir la siesta un sábado a la tarde?”-Le dice ahora más decidida.
Arcián mira a la joven con cierto desdén y cierra la puerta lentamente con un suave empujón mientras se da vuelta y camina hasta la cocina, luego se detiene y corre nuevamente hacia ella, abre la puerta y le dice apoyándose en la baranda de las escaleras:
-“He notado que te ha llamado la atención ésta música, y da la casualidad que tengo dos plazas para el concierto de Queen en Vélez esta noche… ¡en un par de horas bajo y te toco a la puerta!”-Sentencia y vuelve a entrar en su departamento mientras la muchacha se queda petrificada con la mirada bloqueada en el punto donde hace unos segundos se encontraba su insoportable nuevo vecino”. Arcián camina por el salón al mejor estilo Robert Plant y deja caer el micrófono al piso con arrogancia, y se dirige a tomar una ducha agradeciendo los aplausos de su imaginario público, los que se confunden con el chillido que produce el equipo de sonido, hasta que ambos se extinguen.
Sus nudillos dan un par de firmes golpes en la puerta de madera, que tiene un pequeño gafete que reza:”Alicia González”; ella la entreabre vestida con una bata de cama, asomando su delicado rostro oculto a medias por su oscura cabellera; sus ojos intentan entender que sucede cuando Arcián irrumpe en su departamento empujando la puerta y mirando hacia todos lados cuando dice:-“Lindo…pero creo que aún no estás lista, y considerando lo que puede tardarse una mujer, entiendo que no llegaremos al recital”. Alicia se queda mirándolo perpleja, cuando él continúa: -“Creo que entonces, pasaremos a la segunda parte de este romántico encuentro, donde nos quedamos aquí haciendo el amor hasta el amanecer, y dejamos la salida para otro día”.
Alicia, lo mira desconcertada de arriba abajo con sus ojos desorbitados…y luego respira hondo, camina hacia atrás, lentamente gira su cuerpo hacia el dormitorio y deja caer su salto de cama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario