Septiembre…séptimo, octubre…octavo, noviembre…noveno y diciembre…décimo. Anoche no pude dormir repitiendo esta aparente incoherencia, (en realidad son el noveno, décimo, décimo primero y decimo segundo meses en nuestro calendario) cuando mi mente siguió elucubrando a su antojo que en ese caso enero y febrero debieron ser los meses onceavo y doceavo respectivamente por lo que marzo tuvo que ser, en algún momento el primer mes del año. Aunque esto no me condujese a nada, hoy me levanté obsesionado con investigarlo y efectivamente descubrí que:”… Los romanos fueron quienes nombraron los meses del año y luego expandieron su uso a casi todos los lenguajes europeos…” También:”…Rómulo dividió el calendario en 10 meses, que empezaba en marzo, en el período de invierno, (lo que es enero y febrero para nosotros) no contaba porque no habían actividades religiosas ni agrícolas y simplemente lo ignoraban hasta que fueron añadidos al final…”, y por cuestiones derivadas de necesidades de gobierno, los nuevos cargos políticos que se sustituían cada año, debieron iniciar sus funciones el primero de enero en lugar del primero de marzo, con lo que por motivos prácticos se cambió el inicio del año al primero de enero. Por alguna egocéntrica razón, me produjo más placer el haberlo deducido que el poder verificarlo en el diccionario etimológico y entonces empecé a recordar todas las relaciones que mi insomnio pudo elaborar al respecto, como que los días de la semana se relacionan con los astros, lunes (Luna), martes (Marte), miércoles (Mercurio) jueves (Júpiter) viernes (Venus) sábado / o Saturday en ingles (el día de Saturno) y domingo / Sunday (El día del sol); supuse por la razón que eran astrónomos quienes se encargaban de dividir el año calendario para que coincida con las estaciones o la rotación de la tierra respecto del sol, y es allí cuando me pregunté…si el año empezaba en marzo, (Marte / marcial / guerra), por qué la semana no debía empezar el martes… y pensé, si según el Génesis Dios creó al mundo en seis días y el séptimo descansó… ¿Qué Día habrá elegido para hacerlo, un domingo…día del sol o un lunes…el de la Luna?...sí, yo pensé lo mismo, en cuyo caso si el último día fue lunes, el próximo debió haber sido indefectiblemente un martes.
Pero mi “no pegar un ojo en toda la noche” fue más allá que esto, y me dije:-“Si la división inicial del calendario fue de diez meses, (como los dedos de la mano) y los astrónomos decidieron complejizar la cuenta llevándolo a doce (tal vez por esa razón los “prácticos“ romanos no tenían en cuenta a los dos meses restantes) seguramente se habrán percatado que el año agrícola se dividía en cuatro temporadas estacionales de tres meses y de esa forma era más sencillo dividirlo, (puesto que el sistema decimal no es divisible por tres ni por cuatro) resultó claro para mí anoche conjeturar que el sistema de pies y pulgadas era más preciso que el decimal a tal efecto.
Fui un poco aún más allá, y me cuestioné el porqué, un sistema antropomórfico como ese, donde una pulgada mide el espesor de un pulgar y un pié…bueno, supongo que ya lo saben; pero que un pié mide doce pulgadas, me acercaron a la hipótesis que el número doce, tiene las mismas cualidades aritméticas para el hombre como para todo lo relacionado con el universo. En ese momento recordé a Leonardo y su sección áurea, donde desarrolla su tratado de belleza en relación con las proporciones humanas, y su número perfecto…0,618, o sea la pendiente del rectángulo de oro…en ese momento hice un esfuerzo en dividir 618 por tres igual 206 y luego por cuatro…ehm…154,5 (Bueh, la excepción que confirma la regla) y luego pasé al “Modulor” de Le Corbusier, quién retomó el mismo concepto de:”La belleza es para los ojos del hombre todo aquello que se relacione con su ergometría” y me divagué aún más al retomar aquello de:-“Lo que es bello para el hombre lo debe ser también para el universo…”y fue allí…exactamente cuando desperté de mi insomnio…o… ¿Cómo se despierta de un estado de no sueño…?
Creo que ahora sí tengo la respuesta… y es que debo ir a dormir un poco… lo lamento por ustedes que han tenido que soportar mi tormenta de indecisiones… espero poder aclararlo en la mañana.