viernes, 3 de septiembre de 2010

Verdades Inciertas

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Septiembre…séptimo, octubre…octavo, noviembre…noveno y diciembre…décimo. Anoche no pude dormir repitiendo esta aparente incoherencia, (en realidad son el noveno, décimo, décimo primero y decimo segundo meses en nuestro calendario) cuando mi mente siguió elucubrando a su antojo que en ese caso enero y febrero debieron ser los meses onceavo y doceavo respectivamente por lo que marzo tuvo que ser, en algún momento el primer mes del año. Aunque esto no me condujese a nada, hoy me levanté obsesionado con investigarlo y efectivamente descubrí que:”… Los romanos fueron quienes nombraron los meses del año y luego expandieron su uso a casi todos los lenguajes europeos…” También:”…Rómulo dividió el calendario en 10 meses, que empezaba en marzo, en el período de invierno, (lo que es enero y febrero para nosotros) no contaba porque no habían actividades religiosas ni agrícolas y simplemente lo ignoraban hasta que fueron añadidos al final…”, y por cuestiones derivadas de necesidades de gobierno, los nuevos cargos políticos que se sustituían cada año, debieron iniciar sus funciones el primero de enero en lugar del primero de marzo, con lo que por motivos prácticos se cambió el inicio del año al primero de enero. Por alguna egocéntrica razón, me produjo más placer el haberlo deducido que el poder verificarlo en el diccionario etimológico y entonces empecé a recordar todas las relaciones que mi insomnio pudo elaborar al respecto, como que los días de la semana se relacionan con los astros, lunes (Luna), martes (Marte), miércoles (Mercurio) jueves (Júpiter) viernes (Venus) sábado / o Saturday en ingles (el día de Saturno) y domingo / Sunday (El día del sol); supuse por la razón que eran astrónomos quienes se encargaban de dividir el año calendario para que coincida con las estaciones o la rotación de la tierra respecto del sol, y es allí cuando me pregunté…si el año empezaba en marzo, (Marte / marcial / guerra), por qué la semana no debía empezar el martes… y pensé, si según el Génesis Dios creó al mundo en seis días y el séptimo descansó… ¿Qué Día habrá elegido para hacerlo, un domingo…día del sol o un lunes…el de la Luna?...sí, yo pensé lo mismo, en cuyo caso si el último día fue lunes, el próximo debió haber sido indefectiblemente un martes.

Pero mi “no pegar un ojo en toda la noche” fue más allá que esto, y me dije:-“Si la división inicial del calendario fue de diez meses, (como los dedos de la mano) y los astrónomos decidieron complejizar la cuenta llevándolo a doce (tal vez por esa razón los “prácticos“ romanos no tenían en cuenta a los dos meses restantes) seguramente se habrán percatado que el año agrícola se dividía en cuatro temporadas estacionales de tres meses y de esa forma era más sencillo dividirlo, (puesto que el sistema decimal no es divisible por tres ni por cuatro) resultó claro para mí anoche conjeturar que el sistema de pies y pulgadas era más preciso que el decimal a tal efecto.

Fui un poco aún más allá, y me cuestioné el porqué, un sistema antropomórfico como ese, donde una pulgada mide el espesor de un pulgar y un pié…bueno, supongo que ya lo saben; pero que un pié mide doce pulgadas, me acercaron a la hipótesis que el número doce, tiene las mismas cualidades aritméticas para el hombre como para todo lo relacionado con el universo. En ese momento recordé a Leonardo y su sección áurea, donde desarrolla su tratado de belleza en relación con las proporciones humanas, y su número perfecto…0,618, o sea la pendiente del rectángulo de oro…en ese momento hice un esfuerzo en dividir 618 por tres igual 206 y luego por cuatro…ehm…154,5 (Bueh, la excepción que confirma la regla) y luego pasé al “Modulor” de Le Corbusier, quién retomó el mismo concepto de:”La belleza es para los ojos del hombre todo aquello que se relacione con su ergometría” y me divagué aún más al retomar aquello de:-“Lo que es bello para el hombre lo debe ser también para el universo…”y fue allí…exactamente cuando desperté de mi insomnio…o… ¿Cómo se despierta de un estado de no sueño…?

Creo que ahora sí tengo la respuesta… y es que debo ir a dormir un poco… lo lamento por ustedes que han tenido que soportar mi tormenta de indecisiones… espero poder aclararlo en la mañana.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

La extensa sangría delante de este párrafo, no es tal, sino la simple manifestación de mi mente en blanco. Como una eterna pausa en mi existencia se percibe como la morada final aunque con la esperanza de poder abrir sus ventanas y dejar entrar al sol. La negatividad nunca fue mi fuerte en un mundo en que la adversidad está a la orden del día; sin embargo advierto en mi desánimo la intensión de oponerme a mi impulso creativo y transgredir su energía positiva para posicionarme en la base de mi estabilidad emocional, esa que decide qué debo hacer y cuándo, nivelando mis deseos y necesidades en el punto cero; equilibrando cada emoción con su homónimo para desentenderme de lo real; desmaterializando el mundo imaginario que me contiene y reconstruyéndolo en un dibujo en el agua para permitirle encontrar su propio destino, que indefectiblemente se borrará en su mansa quietud cuando el movimiento ondular encuentre la calma absoluta. Hoy las musas no acuden al llamado de mis aspiraciones…o simplemente será uno de esos días que no tengo nada que decir.

domingo, 16 de mayo de 2010

El Umbral. Guion Cinematográfico

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El umbral” Guión cinematográfico de Luis Makianich. Tema: “Un hombre enfrenta una crisis en sus 40’s atacando sus frustraciones mediante crímenes imaginarios”. Sinopsis:(Los Angeles, California, 1 / 6 / 2003)
Erick es un arquitecto que viaja a Los Ángeles dejando a su familia en Buenos Aires, con motivo de empezar una nueva vida realizando un documental sobre Downtown LA, patrocinado por Central Library de esa ciudad.
Su documental esta basado en como se vería la ciudad si se la reestructura según su estética purista.
Él considera a la ciudad, no solo como un conjunto de edificios, sino como una estructura viva, con la gente dándole vida por sus arterias y a la que también suprime de sus imágenes, cuando no condicen con su sentido estético.
“El umbral de la locura”, es como titula su trabajo, al observar la gran cantidad de individuos con alteraciones mentales que frecuentan la biblioteca, puesto que esta es un foco de atracción para ese tipo de personas, porque considera que es un deposito del pensamiento humano, donde se encuentran las mentalidades científicas conjuntamente con las divergentes..
Un día Roland, su padrino de tesis advierte que uno de los indigentes que Erick suprimió en sus dibujos ha desaparecido y se lo comenta a este.
Erick en principio no le hace caso y continua con su trabajo, que ahora se concentra en la biblioteca y la gente con alteraciones que acude a ella así como en sus lecturas.
No tarda en descubrir que los crímenes que se suceden en la ciudad están relacionados con esas lecturas, aunque no lo denuncia con la policía, consciente de que su razonamiento es muy subjetivo y decide investigar el mismo el tema.
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domingo, 28 de marzo de 2010

Extranjero. Madre Naturaleza (Capítulo 13)





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Mar del Plata, 21 de Septiembre de 1985





Arcián se encuentra parado frente al romper de las olas en Playa Chica, con la vista perdida sobre la espuma que se filtra entre los dedos de sus pies y las rocas, sin comprender qué está haciendo en la costa del Atlántico fuera de temporada, alejado del ámbito para el que fue estipulado su trabajo, consciente que no debería estar ahí, cuando la gente que debe estudiar se encuentra en Buenos Aires para ésta época del año; aunque también sospecha que alguna motivación que aún no entiende lo ha traído hasta allí. Su mente le ha traído algunos contratiempos últimamente, debido a algunas cosas que le cuesta recordar, así como algunas imágenes que aparecen muy claras en su cabeza, como si realmente las hubiera vivido, como esa mujer, que dice conocerlo y lo citó en ese lugar unos días atrás, motivando que se trasladara desde Buenos Aires, cuando usualmente no habría acudido a un pedido como ese, que lo distraiga de su misión.
Marion se acerca a Arcián desde la vereda costanera y él la reconoce por su forma de caminar, aunque solo puede ver una joven muy abrigada, con las manos en los bolsillos de su gamulán, con las solapas levantadas cubriéndole el rostro casi por completo, junto con su cabello maltratado por el viento. Ella lo mira por las rendijas de su pelo y le dice:
-“Veo que esta vez sí me reconoces.”-
-“En realidad…”-dice Arcián -“Ahora que te veo de cerca, se me hace un poco más difícil”.
-“¡Te han vuelto a clonar!”-Responde Marion alarmada-“No entiendo porqué a mí no me lo han hecho, luego de aquella noche, porque en tal caso, desde ese momento yo sí puedo recordarlo todo”.
Arcián la mira con cierta extrañeza, aunque poco a poco, parece ir entendiendo lo que sucede, como si esta vez pudiera asimilarlo con más facilidad.
-“Creo que empiezo a recordar ciertas cosas, si me ayudas a hacer memoria, tal vez…”
Marion lo mira con el desánimo impreso en la cara, por tener que explicarle todo nuevamente hasta que al final decide hacerlo, aunque con muy poca paciencia:-“Te contaré lo que creo está sucediendo y de a poco irás entrando en materia”.
Ella le explica todo el asunto de que son clonados continuamente con procedimientos de manipulación genética, con el presunto objetivo de hacer que su especie se adapte a las condiciones de este nuevo lugar, mediante injertos de órganos humanos, que a través del tiempo los convertirían en una raza capaz de soportar los grandes cambios en el ecosistema que se avecinan en el planeta, provocados por el hombre y por esa misma razón, su especie, con origen en insectos estará más capacitada para sobrevivirlos, debido a su gran capacidad de adaptación. Al terminar su explicación, Arcián, que parece haber asimilado bastante le pregunta:
-“¿Si yo fui clonado esta última vez, por qué será que recuerdo algunos de esos pasajes y otros no?”.
-“Probablemente, los órganos que nos fueron injertados en el proceso conservan alguna información de lo que nos ha sucedido en anteriores cuerpos y nuestros cerebros sacan sus conclusiones por si mismos”.
-“¿Qué hace que vos tengas más conocimiento que yo de lo sucedido en este último tiempo?”- Dice Arcián, aún un poco incrédulo.
-“La última vez que regeneraron tu cuerpo, por alguna razón evitaron hacerlo con el mío, y pienso que la causa es que ya debo haber alcanzado el grado de optimización esperado…aunque creo que algo debe haber fallado, porque siento algunas molestias inusuales provenientes del interior de mi cuerpo”-Marion se desabotona el abrigo y toma la mano de Arcián para posarla sobre su vientre, cuando este siente un pequeño golpe y la quita inmediatamente.
-“¿Qué fue eso?”- dice él asustado.
-“Es lo que quería mostrarte…Me ha estado sucediendo desde hace algunos días, y es por eso que te convoqué hoy”-Arcián aún no comprende y ella al ver su cara de desconcierto continúa:
-“Creo que voy a tener tu hijo”.
Arcián se aleja unos pasos de ella horrorizado y le dice:
-“¿Cómo es posible?, nosotros somos insectos, y nuestros cuerpos…”
-“Ya no…”-contesta ella-“y ahora debemos decidir que queremos ser, porque ellos piensan que nuestros cuerpos ya no nos pertenecen y yo estoy sintiendo una necesidad, que nunca antes había experimentado, la de formar una familia”.
-“¿Una Familia?”-Exclama Arcián aterrado-“¡Eso es indecente!, es…”
-“Veo que tú aún eres un insecto y es inútil que te diga todo esto, pero yo ya no me siento así”-Dice Marion mientras se da vuelta y empieza a irse de su lado, cuando Arcián se queda parado sin saber qué hacer, solo viendo a Marion alejarse. Un vehículo utilitario que se dirige hacia abajo por la costanera se detiene junto a Marion, y dos hombres bajan súbitamente tomándola por los brazos e introduciéndola en el por la fuerza. Arcián que se encuentra mirando la escena reacciona inmediatamente y corre hacia ellos saltando sobre el parabrisas del automóvil provocando que este se estrelle contra un farol de alumbrado siendo él despedido hasta quedar tendido en la vereda; se levanta enérgicamente y abre la puerta trasera del coche rescatando a Marion e intentando escaparse con ella de los secuestradores, cuando uno de ellos hace un disparo sobre Arcián derribándolo junto a Marion que cae junto a él, quién la sostiene fuertemente de su brazo.
-“No sé qué carajos está haciendo”- le dice uno de los hombres-“Usted no tiene derechos sobre ellos, (refiriéndose a Marion y su embarazo) nos ha costado mucho esfuerzo este emprendimiento y ustedes son solo condenados a muerte que decidieron aceptar servir a su país para purgar sus culpas, permitiéndonos usar su cuerpos en beneficio de nuestra especie”.
-“Nadie nos dijo que moriríamos varias veces en esta misión”-dice Marion enfurecida mientras Arcián utiliza esa energía para incorporarse y derribar a sus adversarios con certeros golpes de puño, mientras les dice:
-“Nuestra deuda quedó saldada con nuestra primera muerte y en cada clonación nos volvimos mas humanos…y como hombre les digo: ¡Nadie se mete con mi familia!”.
Arcián ayuda a Marion a incorporarse sobre sus piernas y haciendo una repasada visual sobre los cuerpos de los insectos desparramados por el piso, la toma del brazo y poza su otra mano sobre su vientre y empiezan a caminar diciéndoles:
-“Vamos a casa, familia”.







EPÍLOGO





La belleza de la ciudad de Mar del Plata es besada por el mar continuamente y el sol se esconde tras las cierras en un nuevo atardecer, que no oculta que la tierra aún sigue cambiando; aún así el habitante de este mundo se sigue preguntando si es responsable por esos cambios mientras otros se preparan para lo irremediable… Simplemente adaptándose.

“Al final, las cucarachas heredarán la tierra”.


sábado, 20 de marzo de 2010

El Extranjero. Cuerpos Reciclados (Capítulo 12)

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Buenos Aires, 14 de julio de 1985







Al crudo invierno de la ciudad hay que agregarle el desánimo de la gente en cada conversación que se escucha en la calle. Uno siente cómo el mundo se viene abajo en cada sudestada y en éstos tiempos se busca cualquier excusa para quedarse en casa, abrigado por el recuerdo de los tiempos cálidos y acogedores de las vacaciones de verano. A esta altura Arcián se siente uno más de esos nostálgicos porteños, aunque sus recuerdos no son tan vívidos como debiera, dado que ha notado que su memoria ha entrado en un estado de deterioro tal, que no logra atar dos situaciones del pasado entre sí. El supone que el haber vivido solo todo este tiempo sin poder entablar amistad con ningún vecino, debido a las restricciones de su misión, puede haber influido en dicha amnesia. Ahora se encuentra sentado tras la ventana, en su habitación, contemplando las gotas de lluvia que bailan en el vidrio al compás de los transeúntes que en la calle esquivan el ondular de las baldosas flojas de la vereda, sujetándose de sus paraguas, como para darle algún sentido lógico a su uso, puesto que no impide que se empapen de todos modos. Todos ellos, con sus grises atuendos impermeables contribuyen a completar la imagen de soledad que Palermo Viejo les inflige a los habitantes, en ésta melancólica tarde de domingo.
Alguien llama a la puerta y Arcián, que pasó todo el día en casa, toma una bata y se decide a abrirla, con la extrañeza dibujada en la cara de quien nunca ha esperado por alguien. Como un pollo mojado, allí se encuentra Marion, que se abre paso entre la puerta y Arcián entregándole su impermeable mojado mientras dice:- “Arcián, ¿no es así?”- Cuando éste se queda asombrado mirando cómo ella camina con exagerados sensuales pasos hasta girar hacia él y sentarse en una silla, cruzando sus esbeltas piernas.
-“¿Y vos sos…?”-Pregunta Arcián mientras se la come con la mirada desde abajo hacia arriba, y al llegar a su busto ella adopta una posición más erguida, como para resaltarlo a través de su blusa. -“Aunque no me recuerdes, nos conocemos…y bastante…”-Dice ella con voz suave, en tanto él cierra la puerta y arroja el abrigo hacia un perchero a la vez que camina hacia ella, agachándose en posición de cuclillas hasta igualar la altura de sus ojos y tocándole levemente con su dedo índice la rodilla, le dice:
-“Ayudame a recordarlo, por favor…” cuando sube su mano por su pierna hasta llegar a su falda, provocando que ella se levante bruscamente y encienda un cigarrillo, que saca de su pequeño bolso con un poco de nerviosismo.
-“No estoy aquí por eso…he venido a advertirte sobre algo importante para nosotros dos.”-Dice Marion dejando el cigarrillo sobre un cenicero, mientras empieza a desabotonarse la blusa para mostrarle su abdomen. Esto detiene a Arcián, quién parece empezar a recordar a la joven y se sienta en la silla, ahora desocupada, un poco confundido.
Marion extrae una libreta de su cartera y se la arroja a Arcián para que la examine mientras le dice:
-“Aquí llevo documentado lo que ha pasado con nosotros en Mar del Plata hace unos meses hasta que nos despedimos, y que luego, como supongo ambos hemos olvidado”.-Arcián revisa muy por encima el diario de Marion y aún desconcertado pregunta:
-“Aquí solo veo cosas que has vivido vos con alguien más, y a mí ni me nombras…”
-“Fíjate casi al final…”
-“Sí, ¿y…?”
-“He descubierto lo que nos estuvo sucediendo en todos estos años, que han pasado sin que recordemos cosas sustanciales en nuestras vidas”.
-“Si estás pensando en formalizar algo conmigo, solo porque tuvimos sexo, no has llegado a buen puerto”-Responde Arcián socarronamente.
-“Sos mas estúpido de lo que pensé”- y le retira la libreta de las manos mientras se encamina decidida hacia la puerta, cuando Arcián la toma por la cintura y la detiene, intentando seducirla nuevamente, hasta que la expresión de desprecio de Marion lo hace desistir y decide soltarla, cuando ella abre la puerta y se voltea hacia él para decirle:-“Si estás conforme con este destino, allá vos, pero te aseguro que podríamos cambiar las cosas…” y se queda mirándolo fijamente hasta ver su rostro confundido, por lo que decide insistir:-“He notado que cada vez que algo grave me pasa, amanezco en un cuerpo totalmente reconstruido, sin señas de golpes mi maltratos, a la vez que recuerdo solo algunos momentos de lo sucedido, como simples flashes de algo sucedido hace algún tiempo, por lo que decidí llevar un diario, que me ha ayudado a reconstruir mi vida en las mañanas”.-Arcián empieza a entender que lo que le está sucediendo a él, es comparable en cierto modo con lo que Marion le está insinuando.-“Un día, pude ver cómo un soldado volvió por mis restos y limpió la escena del crimen, sin saber que mi cuerpo sustituto lo estaba observando”.
-“¿Cuerpo sustituto…?”- Dice Arcián.
-“¿De qué te extrañas, si tu sabes que nuestros originales ya están muertos y nosotros somos solo clones de aquellos…o es que no puedes imaginarte que quienes nos crearon no podrían repetir la clonación las veces que quisieran?”.
-“Entiendo tu punto, pero… ¿Con qué propósito piensas que lo harían?
-“Pienso que somos conejillos de indias, para mejorar nuestra especie, y estamos aquí porque buscaron un medio inhóspito para lograr que pudiésemos adaptarnos a las condiciones más adversas, como el crimen, la maldad, el amor…”
Arcián se acerca a la ventana y mira a través, como si buscara una forma de comprobar sus palabras en la gente que pasa por la calle. La incesante lluvia y lo agresivo de sus movimientos intentando protegerse de ella acentúan la idea de que ese es el lugar indicado para ese experimento y se vuelve a mirarla para expresarle que empieza a creerle.
-“Aún estamos expuestos a su vigilancia…”-Dice Marion, “debemos quitarnos nuestros falsos ombligos que seguramente poseen el posicionador satelital que controla nuestros movimientos, y a esta altura ya nos deben tener identificados, porque no deberíamos estar juntos”.
-Ambos cortan la parte de su piel que contiene los dispositivos, cuando sienten pasos en las escaleras del edificio, por lo que Arcián se quita toda la ropa y le arranca la pollera, arrojándose ambos sobre la cama, fingiendo hacer el amor. Un hombre abre en silencio la puerta y se queda observándolos hacerlo como si nunca hubiera visto a una pareja de enamorados. Arcián le dice cosas románticas a Marion, especulando con llamar la atención del intruso, quién nunca habría oído eso durante el inexpresivo e insípido acto sexual de su especie, esperando que piense no sería buena idea destruir dos especímenes de su propia raza que hayan aprendido a amar apasionadamente, lo que seguramente sería todo un acontecimiento para ellos.
Al escuchar las sensibleras frases de Arcián hacia Marion, el extraño decide alejarse y dejarlos continuar con el acto en tanto ella parece sensibilizarse con la ternura de Arcián y su cuerpo se empieza a mover con una sensualidad diferente a la acostumbrada frialdad con que solía hacerlo en sus sesiones de prostituta, apropiándose del cuerpo de él como si se abrazara a su propia sexualidad, sintiendo por primera vez el gozo de compartir el mismo sueño de liberación mental, hasta que los fluidos de ambos se amalgaman a sus formas ahora casi humanas, desinhibidas de su propia complexión, tan extraña para ellos como estimulante. Arcián, ahora consciente de que su plan funcionó, y el verdugo se ha ido, siente una sensación de libertad que lo distiende y empieza a comprender que lo de Marion no fue fingido, y especula con aprovecharse de este sexo tan diferente al usual siguiéndole el juego, hasta que descubre que él también está sufriendo una transformación, que lo estimula a continuar amando hasta que ambos caigan rendidos en los brazos de Morfeo.
Arcián despierta en la mañana en su departamento de Buenos Aires, y se baña como todos los días, cuidando de no mojar su falso ombligo, al igual que Marion hace lo propio en Mar del Plata.

Lalo y la Bolita (Una historia real)

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Lalo fue mi mejor amigo en tos tiempos de la universidad. Siempre fue un tipo muy especial porque reunía ciertas características no muy usuales en una misma persona, me refiero fundamentalmente a su carácter apacible que podía sacar de quicio a quien no lo conociera lo suficiente y reconozco que quienes lo conocimos bien, frecuentemente corríamos la misma suerte.
Un día lo veo venir con esa expresión característica en él, de: “yo no sé qué sucedió”, lo que me obligó a preguntarle, sabiendo de antemano que su respuesta me dejaría totalmente descolocado.
-“Mi tía volvió a prestarme el 600…”-me dijo como esperando una respuesta de mi parte, lo que no cabría si se hubiese tratado de otra persona, puesto que no constituía ninguna pregunta, pero viniendo de Lalo uno podía esperar cualquier cosa; por lo tanto, él tomó mi expresión de asombro como el pie para continuar:
-“Ella me dijo, el auto está estacionado a la vuelta, y me dio las llaves; bojé las escaleras con mi útiles de la facu y me dirigí hacia la calle en donde siempre estaciona su mini auto, cuando me llevé la sorpresa que esta vez, lo estacionó en la cuadra contigua, y como siempre empecé a criticarla, dado que en esa calle no está permitido estacionar, por el alto tránsito respecto de su estrechez; cuando fui a abrir la puerta, advierto que la ventanilla estaba baja, así que introduje mi mano y la abrí desde adentro. Cuando me siento al volante, vi que la llave estaba puesta en el encendido, lo que me valió para seguir recriminándole a mi tía su descuido… Cuando tomé consciencia de que ella hacía días que me había pedido que le hiciera una copia de la llave, puesto que había perdido el duplicado y ahí mismo me di cuenta que del espejo retrovisor colgaban dos gigantescos dados rojos, (cosa que ella jamás hubiera puesto en su Fiat 600), o sea, que estaba bien claro para mí… ¡Ese no era el auto de mi Tía!” – Se me quedó mirando como para ver mi reacción, que por cierto fue una casi indiferente expresión, dado que este tipo de cosas solían sucederle a Lalo, por lo que decide continuar…-“Entonces, asustado decidí bajarme del auto rápidamente, y cuando abrí la puerta, un camión que pasaba por esa calle la arrancó como de un cachetazo y se detuvo en la esquina, tomé mis carpetas de la facultad y me bajé del auto, cuando el dueño, que solo había detenido el auto ahí para comprar cigarrillos en el Kiosco situado en esa vereda, se acercó a mí ofuscado y me dijo”:-“ ¿Qué pasó?”, “a lo que yo le respondí”:
“Pasó un camión y le arrancó la puerta”-“Lo que provocó que el hombre se exaltara más aun y me retrucara”:-“Pero… ¿Si la puerta estaba cerrada…?”-
“Se equivoca”,” le respondí tranquilo,” -“Porque yo la abrí…”
“¿Y para qué hizo eso?”- “dijo totalmente fuera de sí”.
-“Porque quería salir de adentro”-“Lo que dejó al exaltado hombre en un estado atónito, lo que aproveché para decirle”:
-“Mire, mientras nosotros estamos aquí hablando sin sentido, el camión está en la esquina a punto de irse, sería mejor si le toma el número de la patente…”- “El tipo se tocaba el saco, como buscando una lapicera y yo le dije”:-“No se preocupe acá tengo una… ¿Puede verlo desde acá…? – yo tampoco, espere que me acerco a la esquina y se lo tomo por usted”, “mientras me fui caminando hasta el camión, al tiempo que el señor se quedó rascándose la cabeza mirando el daño en su autito y tratando de entender qué había pasado ahí…”
-“¿Y qué hiciste entonces…?”- le pregunté, ahora sin poder ocultar mi asombro.
-“¿Y qué iba a hacer…? Cuando llegue a la esquina, doblé y me encontré con el verdadero auto de mi Tía, me subí y me fui… por suerte éste tenía la dos puertas en buen estado, sino no sé que le hubiera dicho a ella”.

lunes, 15 de marzo de 2010

El Extranjero. La Botella de Klein (Capítulo 11)

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Buenos Aires, 21 de marzo de 1962



*1.-En topología, una botella de Klein es una superficie no orientable cerrada de característica de Euler igual a 0 que no tiene ni interior ni exterior. Fue concebida por el matemático alemán Christian Félix Klein, de donde se deriva el nombre.



Al llegar el otoño el amanecer en Buenos Aires adquiere un tono diferente, no solo por el colorido dorado de sus parques y plazas sino por el sonido humedecido de sus pájaros de acero oxidado, revoloteando sobre las cúpulas de los viejos edificios de la Avenida de Mayo, bailando orgullosos su minué entre esquina y esquina, donde se percibe ese volver a encender las máquinas dormidas durante todo el verano. El tráfico aún remolonea en su cama adoquinada en tanto los porteros les barren sus veredas como estirando las sábanas de una larga noche pesada y calurosa; aireando el cuarto para olvidar los últimos momentos de placer y borrachera; curando la resaca remanente en este lunes tan incierto como esperado. Estos días de cambio son propicios para el recuerdo y la melancolía como un desayuno que nos prepare para empezar un nuevo tiempo cargado de compromisos y apresuramientos; que nos devuelva la ansiedad por conocer nuestro porvenir, aún cuando indefectiblemente éste se repita cada ciclo con las mismas situaciones, salvo que quienes las vivimos estamos un año más envejecidos.
Arcián, sin embargo no siente que el tiempo esté en su contra; por el contrario, el percibe que cada momento es un cambio contundente en su forma de ver las cosas; un atisbo de improvisación que le confiere la libertad de acción que jamás tuvo en su mundo; ese que en estos tiempos el pretende revivir simultáneamente, entre sus pensamientos y sus vivencias; en cada vuelta a la esquina; en cada pasaje que lo invita a entrar y revivir su historia.
A paso acelerado como quien está volviendo de trasnochar se ven algunas muchachas caminando en diferentes direcciones, con su ropa de noche lo que las distingue de la gente que lentamente se dirige a sus fuentes de trabajo, con la pesadez que les impone esa duda que invoca la pregunta de si se está haciendo lo correcto, o simplemente lo necesario. Entre toda esa multitud esparcida por la ciudad Arcián se detuvo a observar a una niña de aproximadamente doce años que se paraba en cada vidriera de la calle, fascinada por su excitante colorido, en contraste con el pesado gris de los muros que las contienen. Es muy niña para andar sola por la calle; lo que llamó su atención y decidió seguirla, conservando cierta distancia para no asustarla. La claridad de las primeras horas del día se poza en su cabello rizado hasta que la sombra del gran arco del Pasaje Barolo se la arrebata, y se introduce en la galería hasta desaparecer en ella. Él se apresura y entra tras ella, pero ya no está allí; en su lugar una joven un poco mayor y vestida de otro modo, camina con la misma fascinación por la luz emergente de las vidrieras interiores del pasaje. Si bien es muy temprano aún y los negocios aún permanecen cerrados, todavía se mantienen iluminados con una tenue iluminación decorativa, lo que les da un aspecto lúgubre pero atractivo a la vez. Arcián camina por el centro del gran pasillo para no llamar la atención de la joven y se para bajo la majestuosa cúpula, sin resistir la tentación de recorrerla girando su cabeza hacia arriba, hasta que sus ojos se inundan de inmensidad y tiene que dejar de hacerlo. Un extraño impulso lo lleva a voltear la vista rápidamente hacia la chica y nuevamente no logra encontrarla, pese a que recorre todo el vestíbulo con la mirada, emulando una carrera contra las moscas. La ansiedad le provoca un mareo y tiene que sentarse en el borde de una fuente, situada en uno de los bordes del Pasaje La Piedad. Esta situación termina por confundirlo aún más. ¿Qué está haciendo de pronto al aire libre y en un lugar que se encuentra a varias cuadras de donde empezó el mareo? El cielo se encuentra oscuro con la misma intensidad que el cielorraso del Barolo, solo que ahora son gruesos nubarrones lo que provocan ese estado y el sonido no es el de las calles mecanizadas por el tránsito sino que vive la misma sordera que provoca estar en esa galería; y allí está la niña de nuevo, caminando con casi imperceptibles saltitos la alegría de ese nuevo lugar, ahora solo para ellos dos. Él la mira absorto en su propia visión, cuando la jovencita se aproxima a la otra esquina y se inclina en un aljibe, que por cierto no debería estar allí, y como si el fondo la llamara, simplemente se arroja en él. Pasmado por el extraño suceso, se incorpora e intenta correr hacia el pozo, aunque con dificultad por su aún persistente mareo y al llegar a él, desaparece en su propio espejismo. Hipnotizado por el blanco resplandor de la Iglesia La Piedad, a la vuelta de la esquina, encuentra la imagen de la mujer del Pasaje Barolo, ahora un poco más madura, regalándole una sonrisa desde la vereda de enfrente, cuando un colectivo que se interpone entre ellos pasa por la angosta calle Rivadavia, y también desaparece, cuando Arcián decide abandonar la búsqueda y retomar su camino, el que le dará el alivio de volver a su ciudad, la de todos los días, desde que fue desterrado de su mundo.

domingo, 14 de marzo de 2010

El Extranjero. Diario Estanco (Capítulo 10)

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Mar del Plata, 10 de febrero de 1980




Marion despierta en su habitación plagada de muñecos de peluche, que la abrazan y acompañan en sus noches tranquilas, cuando la ciudad duerme. En su mesa de luz, un libro la espera apoyado en la base de la lámpara del velador, con una nota adosada que dice:-“Por favor, léeme”. Se despereza apretando algunos ositos y se incorpora sobre un costado de la cama fijando la vista en la nota, aunque sin comprender que significa hasta que sus ojos desempañan su pereza que parece retrasar su amanecer. Por fin adopta una expresión de extrañeza y toma el libro con ambas manos, y lo abre en la primera hoja, sumergiéndose en él como si continuara soñando.
-“Mi vida en palacio no fue muy desagradable hasta que me la quitaron…”-hace un gesto de estupor pero luego continúa leyendo.-“Ese mundo era muy diferente a éste y sin embargo parecía que lo estricto de las reglas no interfería en lo que a placeres se refiere. Yo deseaba satisfacer a cada uno de los edecanes que me habían asignado y jamás hubiera pensado en evitarlos, dado que siempre fueron amables conmigo, y yo, como todas las demás mujeres de la corte teníamos cualquier cosa que pudiésemos desear al alcance de la mano, a excepción de frecuentar a alguien que no perteneciera a nuestro círculo, lo que perecía un despropósito para cualquier mujer que se encontrara allí.”-Marion deja el diario sobre la mesa, y camina hacia el baño, consciente de que esa lectura no le aporta nada que no supiese, aunque al cerrar el libro, puede notar que algunas hojas han sido arrancadas, lo que no recuerda haber hecho, como tampoco el haber iniciado un diario, y esto la deja intrigada de modo tal que no puede sacarse la idea de la cabeza de seguir leyéndolo. Entra en la ducha luego de quitarse el camisón, y el agua en sus ojos refresca su memoria hasta el momento en que fue detenida por la policía de palacio, por encontrarla teniendo sexo con uno de los jardineros, situación que ahora le parece una torpeza, y ni siquiera recuerda la cara del muchacho. Haciendo un esfuerzo, evoca el instante en que fue condenada a muerte y repasa cada paso que dio hasta el cadalso, con las expresiones de cada uno de sus maridos, que la miraban con desaliento, aunque en ese lugar no cabían los sentimientos personales, razón por la cual fue enviada aquí, luego de su deceso, en este cuerpo renovado, aunque idéntico.
Marion sale del cuarto de baño envuelta en una toalla y decide continuar su lectura, porque no recuerda los días pasados en esta ciudad, aunque tal vez sea que no hay nada importante que recordar. Solo sabe que está aquí con una misión de aprendizaje, no solo para ella sino para su especie, que espera un reporte final una vez que su trabajo concluya; que no debe involucrarse con la gente para no ser contaminada con sus problemas, ya que de nada sirven en su mundo; que para ello debía buscar una ocupación acorde a sus inquietudes y que no la obligue a exponerse ante el pueblo, por lo que eligió el oficio de prostituta, algo que le agrada, que le da la posibilidad de escuchar sin tener que explicar, lo que resulta muy conveniente a sus propósitos.
Toma el diario una vez más y lo abre en la segunda hoja, donde explica sus relaciones con diferentes hombres de la ciudad.
-“Hoy tuve un encuentro con el encargado de seguridad del intendente, un teniente primero del ejército, quién me contó algunas cosas horribles mientras teníamos sexo. Me pareció que lo excitaba contar las atrocidades que había hecho a lo largo de su carrera militar, y cuando le pregunté si no temía decírmelo a mí, una puta, me dijo que era muy católico y que no podía confesarlo con su cura porque temía que éste tendría una mala impresión de él, y no podía comprometerse, dado que lo conocía muy bien”.- Marion toma aliento y se preocupa por no poder recordar nada de lo que está leyendo, aún cuando está fechado en el día de ayer; con desesperación insiste en la lectura:-“ En medio del coito decidí interrumpirlo para preguntarle cómo pensaba hacer para que yo no comente lo que hizo, lo que lo enojó mucho y me arrojó al piso golpeándome fuertemente y advirtiéndome que su personal se encargaría de eso por él”-en este momento, Marion se quita la toalla del cuerpo para buscar algún indicio de golpes, o moretones sin ningún resultado y ansiosa continúa leyendo:-“Al retirarse el teniente me dejó totalmente lastimada con la cara deformada por los golpes y moretones en todo el cuerpo…me lavé en el baño y luego me acosté en la cama a escribir esto, porque sospechaba que mañana no lo recordaría, como me ha sucedido otras veces…cuando escuché unos pasos detrás de la puerta…”-Aquí descubre que faltan algunas hojas del diario y en ese momento Marion advierte unas pequeñas manchas de sangre en el piso de madera que alguien intentó borrar y se apresura a terminar de leer:-“Apareció un joven soldado, quien me vio en la cama magullada, se quitó el cinturón con el arma oficial dejándolo en la mesa de luz, luego bajó sus pantalones hasta sus rodillas y abusó de mí, mientras amenazaba con matarme luego, sin importarle que me resista o no, cosa que no hice; él se quedó dormido sobre mí, y me decidí a escribir esto”.-Esto es todo lo que se encuentra escrito en el diario, y Marion, que no posee ninguna cicatriz ni moretón en el cuerpo se queda pensativa hasta que siente unos pasos detrás de la puerta, se esconde tras el armario y ve entrar al joven soldado, que ahora sí reconoce, lo ve pasar al baño y volver con una toalla mojada, agacharse a terminar de limpiar las manchas de sangre y abandonar nuevamente la pieza.
Marion, que ahora sabe que tiene un nuevo cuerpo, se viste rápidamente con ropa casual, toma su diario y se escabulle por la escalera asegurándose de no ser vista.

sábado, 13 de marzo de 2010

El Extranjero. Marion (Capítulo 9)

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Mar del Plata, 15 de enero de 1985




Arcián descubrió, un par de temporadas atrás, poseer una facultad especial para adivinar sucesos en determinado tipo de situaciones, lo que lo llevó a probar suerte en el casino de Mar del Plata en más de una oportunidad, logrando algunas respetables ganancias y tener una cómoda vida, sin hacer un gran esfuerzo; nunca abusó de este don por no llamar la atención y porque pensó no necesitar más dinero que el requerido para vivir discretamente.
Hoy acaba de obtener algunas fichas extra en las mesas de punto y banca y decide tomarse un trago en el bar cuando una hermosa joven, vestida de largo se para junto a él y pide una limonada al encargado de la barra. Arcián empuja hacia adelante la caja de madera que contiene sus fichas y gira levemente el taburete en dirección de la mujer como para llamar su atención, provocando que ella se aleje un poco y lo mire con cierto desprecio, lo que no impide que él despliegue su más cautivante sonrisa. Ella vuelve la vista al frente de la barra, como ignorándolo y sin mirarlo, en voz muy baja le dice a Arcián:
-“Como verás…estoy trabajando y si no estás dispuesto a pagar por ello, mejor ni lo intentes”.
Arcián, que por primera vez en la noche erró en adivinar una situación, se para y le dice al camarero”
-“Por favor guardame esto”-mientras empuja un poco más las fichas hacia él, toma fuertemente del brazo a la jovencita y le dice:
”-Vos…acompañame”-llevándola hacia la puerta con leves presiones de sus dedos pulgar e índice sobre el antebrazo, como indicándole el camino, mientras ella decide seguirlo sin hacer demasiado escándalo, ya que no sería conveniente en éste lugar.
-“Nunca me hubiera imaginado que usted es policía…”-le dice cuando llegan a la puerta de calle -”Y jamás me había equivocado en eso”.
-“Esta también es la primera vez para mí, hubiera jurado de eras una respetable señora”-mientras suben a un taxi que espera en la parada frente al casino.
-“¿Un taxi…qué clase de policía sos?”
-“Uno al que le gusta joder”- Le dice al oído y luego le ordena al conductor:-“Al Hotel Hermitage, por favor”.

A solo un par de cuadras de ahí, se encuentran ambos en la puerta de la habitación de Arcián, la que él abre para permitirle pasar a Marion, la joven prostituta, quién lo hace lentamente mirando a su alrededor mientras se quita toda la ropa a medida que camina hasta el dormitorio de la suite.
-“Veo que estás apurada”- le dice Arcián
-“El tiempo es oro…”-Responde, mientras se da vuelta abruptamente enseñándole su escultural cuerpo desnudo con arrogancia y arrojándole su corpiño en la cara.
Arcián la mira atónito, y por primera vez se queda sin palabras; ella cambia su altiva expresión y le dice:-“¿Acaso, nunca viste a una mujer?”.
Arcián se quita el corpiño de la cara y lentamente empieza a caminar hacia ella mientras se desabotona la camisa completamente, mostrándole su abdomen.
-“Nunca había conocido a una de mi especie”-dice él mientras la muchacha mira el suyo, como comparándolos.
-“¡Tú no puedes estar aquí!... ¿Cuál es tu misión?”-Le dice mientras Arcián continúa desvistiéndose.
-“Posiblemente sea la misma que la tuya”-y se saca el pantalón, acercándose hasta quedar muy próximo a ella.
-“A mí se me ordenó nunca salir de ésta ciudad”-replica mientras Arcián pone la mano en su busto, mirándola como lo haría un chico a su nuevo juguete.
-“Bueno…eso puede variar, según el caso”.
-“¡Imposible!”- dice ella haciendo caso omiso a las caricias de él-“Uno sólo de nosotros por población, es la consigna general…”
-“No es mi culpa que la mía se traslade aquí cada verano”-concluye él, mientras hace que ambos caigan sobre la cama y empieza a hacerle el amor, a lo que ella no contesta quedándose quieta con la mirada en el cielorraso, mientras balbucea algunas frases incoherentes-“No puede ser…me dijeron…yo aquí sola…sola…” Arcián se posiciona sobre ella y sin decir nada más la mira de frente y lentamente ella parece salir del trance hasta que acepta la propuesta de Arcián y se aferra a su cuerpo con ambas piernas sobre su cadera, dejándolo hacer lo que él desea, hasta que su propio deseo se confunde con el de él, y sus cuerpos parecen amalgamarse en uno sólo, salvo por una lágrima que corre por su joven rostro, el que parece distante… en otro tiempo, en otro mundo.